MarsGamer
Chapuzas Junior
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Buenas a todos.
Ahora que os tengo enganchados con lo sugestivo del título voy a contaros una historia bastante personal.
Corría Mayo del año 2003. Desde hacía 2 años llevaba saliendo con una chavala de mi pueblo, siendo esta mi primerísima novia formal y con la primera que había experimentado mis primeras relaciones sexuales. Ya conocía a mis padres y al resto de mi familia y planeábamos casarnos en un futuro no muy lejano. Yo tenía por aquel entonces 23 años y ella 21. Nos queríamos mucho pero también había mucha toxicidad en esa relación. Ella era muy celosa y no me dejaba ni salir sólo a tomar un café con los amigos. Me metí tanto en la relación que lo único que hacía cada minuto libre era estar con ella, dejando a los amigos de toda la vida de lado. Sin embargo conocía muy bien mis "vicios" ya que no tenía reparos en que jugase a la consola (por aquel entonces una Ps2 que me regaló ella por Reyes junto con una copia del Final Fantasy X). Siempre que podía se esforzaba en regalarme los últimos juegos que ella sabía que me iban a gustar. Yo por aquel entonces estaba enganchado a los jrpgs así que el día que salió el primer Kingdom Hearts me lo compró el primer día que salió, sabiendo que ese juego costaba sus buenos 60€.
Pero me faltaba algo: Libertad. Estaba cansado de hacer siempre lo que ella quería, de ir a las discotecas que a ella le gustaban, a ver las pelis al cine que a ella le parecían y a quedar siempre con sus primos y amigos.
Nunca me he considerado una persona antisocial, pero echaba de menos un poco de libertad para decidir y quedar con mis amigos, lo que nos acarreaba múltiples discusiones, con sus idas y venidas. Rompíamos y a los dos días volvíamos de nuevo.
Por un lado no era feliz pero recordaba lo bien que estaba con ella cuando empezamos y cada uno confiaba en que el otro cambiase para arreglarlo. Pero un día, coincidiendo con la feria de mi pueblo, tuvimos una discusión bastante gorda porque un compañero de su trabajo, que hacía bastante tiempo que observaba que le metía ficha, la agarró por la cintura y ella en lugar de apartarlo no hizo nada, así que me peleé con el pavo. Tras eso, al día siguiente, ya soltero y saliendo con mis amigos, que a pesar de todo el tiempo que hacía que no los veía me apoyaron, la vi enrollándose en una de las casetas con el mismo pavo con el que me peleé la noche anterior.
Me fui para casa llorando porque había perdido, a la que yo creía por aquel entonces, a la mujer de mi vida.
Pasaban los días y no levantaba cabeza. Sólo me aliviaba cuando estaba borracho o durmiendo. Pensaba incluso en quitarme de enmedio...
Un día mi hermano, harto de verme en ese estado, me llevó a dar una vuelta, para airearme un poco y pasamos por un videoclub del que éramos socios. Él se alquiló una peli y yo un videojuego para la consola que mi ya ex me regaló. Era un juego al que le tenía muchas ganas desde que salió ya que su primera parte me encantó en la primera Playstation. No hablo sino del genial, y a veces odiado por un sector de jugadores, Metal Gear Solid 2.
Así que me encerré en mi cuarto, con mi Play 2, mi tele de tubo de 19" y mi copia alquilada del juego de Kojima dispuesto a darle bien.
Desde el primer momento, en el que vi a Snake andando por un puente de Nueva York, lloviendo y tirándose del mismo, me encandiló. La aventura siguió y entró otro personaje principal en escena: Raiden. A mi me encantó al igual que el resto de personajes y enemigos del juego, como Vamp. Madre mia que personaje!!!. Y jugando sin descanso me lo acabé ese mismo fin de semana, con la batalla final contra los Metal Gear Ray y Solidus Snake. Tras acabarlo, salí de mi cuarto por primera vez en 48 horas, me dió el sol en la cara y me di cuenta de que no había pensado en mi exnovia en todo ese tiempo gracias a ese juego y también comprendí que tenía que seguir viviendo para poder disfrutar de los muchos juegazos que iban a salir y sobre todo de disfrutar de la vida.... Sé que parece una historia muy ñoña, pero seguro que mas de uno/a se habrá sentido identificado/a.
Por eso una vez que vi el juego en una cesta de los de segunda mano de Game no dudé en comprármelo y pasármelo de nuevo para recordar como de catártico fue ese momento para mi.
Sin mas, se despide vuestro compañero de la "fuentes-bomba"
Ahora que os tengo enganchados con lo sugestivo del título voy a contaros una historia bastante personal.
Corría Mayo del año 2003. Desde hacía 2 años llevaba saliendo con una chavala de mi pueblo, siendo esta mi primerísima novia formal y con la primera que había experimentado mis primeras relaciones sexuales. Ya conocía a mis padres y al resto de mi familia y planeábamos casarnos en un futuro no muy lejano. Yo tenía por aquel entonces 23 años y ella 21. Nos queríamos mucho pero también había mucha toxicidad en esa relación. Ella era muy celosa y no me dejaba ni salir sólo a tomar un café con los amigos. Me metí tanto en la relación que lo único que hacía cada minuto libre era estar con ella, dejando a los amigos de toda la vida de lado. Sin embargo conocía muy bien mis "vicios" ya que no tenía reparos en que jugase a la consola (por aquel entonces una Ps2 que me regaló ella por Reyes junto con una copia del Final Fantasy X). Siempre que podía se esforzaba en regalarme los últimos juegos que ella sabía que me iban a gustar. Yo por aquel entonces estaba enganchado a los jrpgs así que el día que salió el primer Kingdom Hearts me lo compró el primer día que salió, sabiendo que ese juego costaba sus buenos 60€.
Pero me faltaba algo: Libertad. Estaba cansado de hacer siempre lo que ella quería, de ir a las discotecas que a ella le gustaban, a ver las pelis al cine que a ella le parecían y a quedar siempre con sus primos y amigos.
Nunca me he considerado una persona antisocial, pero echaba de menos un poco de libertad para decidir y quedar con mis amigos, lo que nos acarreaba múltiples discusiones, con sus idas y venidas. Rompíamos y a los dos días volvíamos de nuevo.
Por un lado no era feliz pero recordaba lo bien que estaba con ella cuando empezamos y cada uno confiaba en que el otro cambiase para arreglarlo. Pero un día, coincidiendo con la feria de mi pueblo, tuvimos una discusión bastante gorda porque un compañero de su trabajo, que hacía bastante tiempo que observaba que le metía ficha, la agarró por la cintura y ella en lugar de apartarlo no hizo nada, así que me peleé con el pavo. Tras eso, al día siguiente, ya soltero y saliendo con mis amigos, que a pesar de todo el tiempo que hacía que no los veía me apoyaron, la vi enrollándose en una de las casetas con el mismo pavo con el que me peleé la noche anterior.
Me fui para casa llorando porque había perdido, a la que yo creía por aquel entonces, a la mujer de mi vida.
Pasaban los días y no levantaba cabeza. Sólo me aliviaba cuando estaba borracho o durmiendo. Pensaba incluso en quitarme de enmedio...
Un día mi hermano, harto de verme en ese estado, me llevó a dar una vuelta, para airearme un poco y pasamos por un videoclub del que éramos socios. Él se alquiló una peli y yo un videojuego para la consola que mi ya ex me regaló. Era un juego al que le tenía muchas ganas desde que salió ya que su primera parte me encantó en la primera Playstation. No hablo sino del genial, y a veces odiado por un sector de jugadores, Metal Gear Solid 2.
Así que me encerré en mi cuarto, con mi Play 2, mi tele de tubo de 19" y mi copia alquilada del juego de Kojima dispuesto a darle bien.
Desde el primer momento, en el que vi a Snake andando por un puente de Nueva York, lloviendo y tirándose del mismo, me encandiló. La aventura siguió y entró otro personaje principal en escena: Raiden. A mi me encantó al igual que el resto de personajes y enemigos del juego, como Vamp. Madre mia que personaje!!!. Y jugando sin descanso me lo acabé ese mismo fin de semana, con la batalla final contra los Metal Gear Ray y Solidus Snake. Tras acabarlo, salí de mi cuarto por primera vez en 48 horas, me dió el sol en la cara y me di cuenta de que no había pensado en mi exnovia en todo ese tiempo gracias a ese juego y también comprendí que tenía que seguir viviendo para poder disfrutar de los muchos juegazos que iban a salir y sobre todo de disfrutar de la vida.... Sé que parece una historia muy ñoña, pero seguro que mas de uno/a se habrá sentido identificado/a.
Por eso una vez que vi el juego en una cesta de los de segunda mano de Game no dudé en comprármelo y pasármelo de nuevo para recordar como de catártico fue ese momento para mi.
Sin mas, se despide vuestro compañero de la "fuentes-bomba"