Me identifico con el post de
@Karakanu . En mi caso, me tengo que remontar hasta los ochenta del siglo pasado. Ya había tenido cacharrines (Commodore Vic-20 ó C-64, por ejemplo) pero a finales de esa década pillé mi primer PC, que fui actualizando sucesivamente casi de forma compulsiva. Cuando montaba un 386 a 33MHz (debía ser el 90 ó 91) gasté no sé cuanto en un coprocesador matemático 80387 (que aún anda por ahí guardado, a modo de recuerdo) que no creo que llegase a aprovechar jamás, como también las ampliaciones de memoria de la gráfica (1MB a precio de platino), o la Wave Blaster (un add-on para la sound blaster 16 con 4MB de bancos general midi) y otras cosas, aunque la palma se la lleva un marco "antirreflejos" (era como una tela de nylon muy fina y traslúcida, tensada sobre un marco de plástico con escuadras adhesivas arriba) para montar delante del monitor, que resultaba incomodísimo. No creo que lo usara ni una sola vez, más allá de probarlo.
A lo largo de los años han ido cayendo muchas otras cosas "inútiles" (entrecomillo porque seguro que para alguien tendrán sentido, pero no para mí). Es lo que tiene comprar a veces casi compulsivamente. De las últimas por ejemplo, un micro de diafragma de buena gama y un soporte de hierro colado con brazo y araña. Ciento y pico pavos para no haberlos usado aún ni una puñetera vez

O auriculares de gama alta que están acumulando polvo desde hace eones... Por no hablar de cables de todo tipo, que no sé para qué compro, porque no los uso
De todos modos, creo que lo más inútil que he comprado han sido todos los complementos que fueron cayendo para la Wii (diez o quince años atrás), de los que la Balance Board se llevaría la palma. Vaya forma de tirar dinero...