Nelson Rolihlahla Mandela nació el 18 de julio de 1918 y murió el 5 de diciembre de 2013. Era un político y expresidente de Sudáfrica de origen khoisán. Antes de su presidencia,Mandela era un activista y el líder de Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano, organización marxista que se levantó contra el régimen del Apartheid mediante el terrorismo[1]. Este sistema de segregación racial fue demonizado por los medios de comunicación y los judíos sionistas, encabezados por Albie Sachs y Joe Slovo, instigaron contra el Apartheid, realizando boicots y movilizando a los africanos para levantar revoluciones y resistencias contra los blancos a los que pronto empezaron a considerar como "opresores". En 1962, Mandela fue arrestado y hallado culpable de 156 actos de violencia pública que incluían oleadas de atentados con bomba, muchos de ellos en lugares públicos, como el atentado de la estación de ferrocarril de Johannesburgo, además de otros cargos. Fue condenado a cadena perpetua, sin embargo sólo estuvo preso durante 27 años.
Mandela combatió contra un régimen el cual daba trabajo, educación y atención médica para miles de negros, en el país más estable, seguro y próspero de África, y luchó para reemplazarlo por un gobierno "democrático" que ha hecho del país el lugar número uno en asesinatos, torturas robos y violaciones, además de que más del 50% de la población está actualmente desempleada. Hasta 2008 el departamento de Estado de Estados Unidos le mantuvo en la lista de "terroristas".Los medios de comunicación han fabricado una imagen pública de Mandela para que el mundo entero lo adore, ocultando o distorsionando con cuidado todo hecho que pueda empañar su figura.
En sus declaraciones públicas y discursos, Mandela siempre hacía críticas a los países de Occidente, pero no escatimaba en elogios para las dictaduras comunistas que hay en el mundo. Condenaba los errores de las políticas occidentales, pero se negaba a condenar públicamente el genocidio y la represión brutal histórica de los países comunistas.
Su esposa, Winnie Mandela, ha sido igualmente efusiva en sus elogios al comunismo y la violencia.
en Munsieville, el 13 de abril de 1986, dijo: "Con nuestras cajas de fósforos y nuestros collares vamos a liberar a este país", refiriéndose a su propia marca específica de actividad política democrática mediante la cual todo aquel que se le oponía, le eran atados las manos y los pies, y luego quemados vivos con neumáticos lleno de gasolina que se colocan alrededor del cuello llamados "Necklaces".
Antes de la liberación de Mandela, Winnie ya era acusada de serle infiel a su esposo y de llevar una vida demasiado disipada y escandalosa. Pero lo que realmente la distanció de Nelson fue la creación de un grupo de matones, al que puso el nombre de “Mandela Football Club”, con la que amedrentaba y castigaba a quien ella consideraba colaboracionistas del apartheid[2]. En 1988, el grupo secuestró a cuatro jóvenes negros y asesinó a uno de ellos. Condenada por la muerte del adolescente en 1989, se libró de la cárcel y pagó solo una multa gracias al apoyo que recibió de Mandela.