Diera la sensación de que esto no es serio. De que un perro puede vivir así.
Pero están abandonados a su suerte y han sufrido unas navidades aterradoras ahora que su dueño no está para protegerles de cosas tan simples para nosotros como un petardo.
Sus expresiones cambian. Cuando llegas es emoción de verte, les visitas una vez a la semana si puedes.
Les dejas entrar en casa. Enciendes la estufa y se ponen al lado. Se lo consientes, solo lo tienen una vez a la semana.
Les sacas un rato, les cepillas, puede no parecer mucho sabiendo que viven sueltos en una parcela inmensa pero para ellos es más que eso. Mucho más.
Y cuando vuelves, entonces vienen las caras. Saben que ya ha acabado, que ahora toca irse. Que toca quedarse una semana más solos.
Pero no son tontos, en su desesperación hacen un poco el tonto, agitan el rabo, te traen la pelota, el hueso, se tiran al suelo para que les acaricies.
Creen que les dejo solos porque se han portado mal. A lo mejor creen que no les quiero, y por eso intentan ser cariñosos, para que cambie de opinión.
Si supieran que no puedo cambiar de opinión, que a mi ya me tienen ganado.
Pero que lo único que les puedo pobremente ofrecer es una visita semanal.
Y lloran, gimen fuerte, ladran, arañan la valla mientras ven irte.
Sufren.
Y no sólo sufren por ellos, sufren por que te ven sufrir, sufren por que sabes que tu sufres de tenerlos así. Sufren por partida doble.
Por eso es necesario encontrarles algo, o mejor, alguien. Una familia que quiera darles amor, cariño.
Y es tan difícil. tan difícil encontrar alguna familia que quiera a una abuelita y a su hijo.
Porque todos se compadecen, a todos les da pena, a todos les gustan.
Pero nadie quiere darles una segunda oportunidad. Nadie quiere ofrecerle a la abuelita un final feliz, un final digno.
Nadie quiere hacer sentirse querido a un perrete de 10 años como Bruce lo poco que le queda de vida.
Y nadie quiere a un mastodonte como rocko. Aunque si lo vieran de cachorro... Uf si lo vierais de cachorro!
Entonces ni pensárselo haría falta. Los cachorros vuelan. Pero literalmente. Vuelan.
Aunque saben que los cachorros también acabarán pesando los 50 kilos de este mastodonte. Pero no les importa, el cachorro es tan... Tan awwww!!
Pero ahí están, soportandolo todo como dos bestias. Como dos héroes. Da igual lo que les eches encima, ellos lo aguantan. Y te esperan una semana más.
Aunque les hayas hecho pasar calamidades. Porque al final sabes que es culpa tuya.
Siempre puedes ir más si te lo propones. Siempre puedes hacer más. Solo hay que estrujarse un poco más.
Y tu lo único con lo que puedes ayudarme es compartiendo, buscando, preguntando, siendo pesado con tu familia y amigos para que ellos pregunten, y compartan. Y que sean pesados con sus amigos y familia.
Y que compartan. Por donde sea. Pero que no tengan que seguir así mis dos amores.
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Rubén López Díaz
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